En TLU, la seguridad es una prioridad indiscutible. Es por este compromiso que constantemente buscamos crear oportunidades de formación, que permitan a todas las personas que trabajan en la empresa disponer de un alto nivel de capacitación en la temática. Esto es con el fin de que sean capaces de identificar riesgos y prevenir incidentes, pero también de disponer de las herramientas necesarias para actuar ante situaciones de emergencia.
Frente a este cometido, recientemente los colaboradores realizaron el taller de Trabajo en Espacios Confinados que imparte el centro de Capacitación en Seguridad y Brigadas de Emergencia (CSB). Durante dos jornadas completas, quienes participaron abordaron de forma integral y exhaustiva conceptos teóricos de enorme relevancia, que posteriormente tuvieron oportunidad de aplicar mediante prácticas de rescate simulando situaciones reales.
Mario Silva, jefe de planta, y Ramiro Campot, encargado de mantenimiento, señalaron que fue una experiencia sumamente enriquecedora. Subrayaron el amplio contenido cubierto, profundizando en temas como, por ejemplo, reconocer un espacio confinado, trabajo en altura, valores límite de oxígeno y otros gases para poder ingresar en estos ambientes, modelos de cuerdas a utilizar, tipos de nudos y materiales a emplear ante un rescate o auto-rescate.
Ambos coinciden en que uno de los puntos más destacados de la capacitación fue la instancia práctica. Uno de los ejercicios propuestos para esta segunda etapa supuso ingresar a una instalación que emulaba un edificio incendiado con la tarea de rescatar a una persona que se encontraba atrapada en un espacio confinado.
Equipados con los elementos de seguridad correspondientes (máscaras de respiración autónoma, casco y arneses), los participantes debieron atravesar los diferentes pisos entre oscuridad, ruido, humo y un límite de tiempo establecido por la cantidad de oxígeno disponible, para así lograr acceder al último nivel donde se encontraba la persona por rescatar.
Una vez arriba la labor consistió en inmovilizar adecuadamente a la persona desvanecida en la camilla, confeccionar un dispositivo de izaje para lograr retirarla del lugar y sacarla a la terraza. Hecho todo lo anterior, la etapa final supuso armar una especie de “tirolesa” utilizando equipos diseñados para ello y bajar a la persona para que pudiera ser asistida correctamente.
Durante la práctica también realizaron un simulacro de rescate desde dentro de un tanque mediante el uso del arnés. Arriba del tanque se confeccionó un trípode con polea y malacate que, por medio de fuerza manual, permitió retirar a la persona de su interior. Una vez en el exterior, se armó otro dispositivo para bajar al involucrado hasta el lugar en dónde pudiera ser asistido.
Tanto Mario como Ramiro coinciden en que realizar estas capacitaciones es de enorme relevancia, especialmente porque en muchas ocasiones deben realizar tareas en espacios confinados. Por ello les es determinante contar con los conocimientos y las herramientas necesarias para abordar situaciones de emergencia de manera segura y efectiva.
Al respecto, Ramiro añade que es en estas instancias donde se logra entender que un minuto es mucho tiempo y contar con ese minuto puede ser la diferencia entre la vida o la muerte de la persona afectada.
Por su parte y a modo de cierre, Ivy Sabatovich, Gerente de TLU, reafirma la esencialidad de la capacitación continua en este ámbito, por ello, planea repetir estas instancias periódicamente para garantizar la preparación y formación de todo el equipo de TLU.